Me ha parecido esta mañana, en la homilía matinal de Mariano Rajoy, que se ha teñido el pelo de negro. O eso, o mi tele empieza a fallar. No me importa que se tiña, aunque creo que a muy pocos hombres les queda bien este tipo de afeites -será una cuestión cultural-; lo que ya me empieza a mosquear es la sensación de que el presidente vive en un mundo irreal, un supramundo donde todo va a ir mejor y donde él flota sobre una alfombra mágica con su Soraya, su Montoro y su Soria, ajeno a que los demás hacemos cola para ir despeñándonos por el desfiladero.
El mundo feliz de Rajoy
Publicado en: actualidad
0
Deja una respuesta