El punto de vista del autor

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Por una serie de circunstancias que no vienen al caso, he tenido la oportunidad de ver la polémica sobre la piratería en Internet desde el punto de vista de un autor. Y esto me ha ocurrido precisamente en vísperas de la votación de la llamada ley Sinde, que en el momento en que escribo estas líneas acaba de fracasar en el Congreso.
A grandes rasgos, se trata (ahora se intentará en el Senado) de que se pague por el trabajo ajeno. Porque, como me decía otra persona esta tarde, si no se hace algo, llegará un momento en que nadie creará nada más.
Supongo que tarde o temprano se irá ordenando este totum revolutum que es Internet, donde cualquiera puede coger cualquier cosa sin pedir permiso ni dar explicaciones. A nosotros, periodistas y fotógrafos, nos ocurre. Aunque no es exactamente lo mismo, puedo entender lo que siente un autor al que le «roban su trabajo», que es la expresión que usan algunos de los afectados.
Todavía me acuerdo cuando hace unos años empezó a correrse la voz de que en Internet te podías descargar películas y música ¡gratis!
En aquellos tiempos en que Internet era una novedad nada de eso, por supuesto, era gratis y nos sorprendió. Algunos se apuntaron a la ganga tímidamente. Otros lo hicieron con avaricia y se jactaban -se jactan- de ver las películas antes de que se estrenen y de escuchar los discos antes de que se pongan a la venta.
El problema es que, a este paso, ya no se harán películas ni se producirán canciones. Lo honesto, lo lógico, lo razonable es pagar igual que se paga el pan, la luz o un corte de pelo en la peluquería.

5 Comentarios

  1. Rosi
    | Responder

    Cuando los cineastas se quejan tanto de que no se protege la cultura, se olvidan siempre de citar los 75,8 millones concedidos en ayudas por el Estado y los otros 45 millones destinados por las autonomías, además de otras ventajas y subvenciones indirectas no contabilizadas en estos datos. Casi 121 millones en ayudas públicas, un 18% del total del negocio del cine sufragado por todos los ciudadanos. Una cifra muy superior a la recibida por otras industrias y negocios.
    A esos ingresos hay que sumar la obligación de las televisiones de invertir un 5% de su facturación en la producción cinematográfica, del 6% en el caso de las públicas.
    Datos del artículo: http://periodistas21.blogspot.com/2010/12/contra-la-desinformacion-de-los.html

  2. Reventón
    | Responder

    Hola:
    Me parece bien que se pague por el trabajo ajeno. Pero ¿Quién es el que le pone el salario?. En el mercado normal lo fija la ley de la oferta y la demanda. En este caso creo que se lo quieren fijar ellos mismos sin tener en cuenta esta ley (oferta y demanda) y ni tan siquiera la evolución del mercado. Lo justo creo que sería que evolucionaran con dicho mercado y que estudiaran de nuevo cuanto y como quieren cobrar y evitar el «yo quiero, yo puedo».
    Un saludo

  3. Domingo
    | Responder

    Querida Ángeles, desde que existe internet, he de confesar que he oido músicas, he visto películas y he leido libros que antes ni siquiera sabía que existían. Son contenidos culturales que, en muchos casos, no se ajustan a los requisitos de consumo masivo necesarios para poder encontrarlos en las estanterías de grandes almacenes y que, aunque no hubiese existido internet, seguirían siendo obras marginales las cuales, con toda probabilidad, nunca habrían llegado a mis manos.
    Creo que este debate sobre las descargas digitales está algo viciado, precisamente porque con la pretendida excusa de que se quiere proteger a los autores, al final se busca únicamente proteger a una industria que decide lo que se produce, lo que se ha de leer, lo que se ha de filmar o qué artista musical debe sonar hasta la saciedad en una campaña navideña. Y en ese sentido, internet es una vía de escape para toda una masa enorme de creadores que no conseguirían nunca un productor convencional que les ponga su obra en una estantería comercial.
    La demanda de contenidos culturales no está en crisis. De hecho (y sin datos en la mano), me inclino a creer que esa demanda de contenidos es mayor que nunca. Es imparable. Se escucha muchísima más música y mucho más variada que hace apenas diez años. Ya se habla por ahí de que las descargas de libros están creciendo gracias a dispositivos como el libro electrónico… ¿acaso se lee más?, pues si es así, eso que ganamos. Y si esas descargas al final no son leidas, pues entonces tampoco habrían sido vendidas. Porque en realidad, lo que está en crisis no son los contenidos, ni la creación, sino su modelo de comercialización. Y eso es un problema de los comerciales, no de los artistas. ¿no crees?
    Un saludo.

  4. Claro, es un problema comercial que afecta a los artistas y al resto de los que intervienen en el proceso, que no cobran por su trabajo. El trabajo debe pagarse porque, si no, es otra cosa, no es trabajo. Es altruismo o esclavitud, según se mire. Otro saludo para ti.

  5. Reventón no veo el problema. Si es muy caro no se venderá, supongo. Como pasa en las tiendas de toda la vida. Saludos.

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