Es la fuerza de la costumbre, que cantaba Gabinete Caligary, lo que hace que me desilusione cuando abro mi blog y sólo encuentro mensajes basura –spam-, donde debieran haber comentarios de mis dos millones de lectores y medio.
Después de tantos años escribiendo en periódicos convencionales sin tener nunca la seguridad de que alguien, en efecto, te leía, me he acostumbrado pronto a saber cuánta gente me pincha y, a veces, hasta lo que opinan. Es la costumbre que nos va modelando.
La fuerza de la costumbre
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Libertad
Hola, he entrado a comentar sólo para decirte que soy una de tus nuevas lectoras. Recién me interesé ayer por los blogs y tengo que decir que durante más de una hora estuvé saltando de uno a otro y me gustaron especialmente unos cuantos, entre ellos uno de los que más éste. Me gustó especialmente la importancia de las amigas para las mujeres, con lo que estoy totalmente de acuerdo. Entre mujeres verdaderamente nos ayudamos a fijar el norte en nuestras vidas y aprendemos muchísimo, son una referencia de equilibrio emocional muy importante y las verdaderas amigas aunque no estén presentes siempre de algún modo te acompañan, casi te parece escuchar y saber de antemano lo que pensarían de tal o tal cosa, aunque nunca dejen de sorprenderte. Otra cosa es que esa ayuda de la que hablaba el psiquiatra creo que no te la proporciona cualquier amiga sino amigas especiales, verdaderos tesoros de amistad que hay que guardar siempre, porque la verdadera amistad implica al menos para mí cierta magia, son como amistades flechazo que nada tienen que ver con el amor aunque las quieras muchísimo. Bueno y ya sólo decirte que aunque no me veas por aquí comentando le echaré un vistazo a menudo a tu blog, porque en el picoteo de internet a veces se descubren sitios interesantes en los que sientes que detrás hay grandes personas que te ayudan a profundizar en tu naturaleza humana. ¡Ciertamente cabeza, corazón y teclas!
P.D. Aunque ya sé que no eres muy dada a los besos te envío mil con este comentario trasnochado para que no te desanimes y sepas que a veces el silencio implica una dulce complicidad y reflexión.
Ángeles Arencibia
Caramba Libertad, con comentarios como este tuyo tengo para un mes o más.
Ruymán
Ángeles, es cierto que uno se acostumbra rápido a saber cuánta gente le lee y, en determinados momentos, las estadísticas pueden convertirse en una auténtica obsesión. Sin embargo, una vez superado ese momento, me resulta triste que cada vez se comente menos, perder ese feedback maravilloso que proporcionan los blogs. El consuelo es que la conversación no se ha perdido, sino que se ha marchado a otros lugares, como Twitter o Facebook.
Saludos de lector fiel.
Roger
Vale, vale, dejaremos constancia. Me suelo limitar a leer sin dejar rastro,y tienes razón, la sensación puede ser a veces de hablar sola ( yo lo hago). 😉
Ángeles Arencibia
Hola Roger, no te imagino hablando sola, ja, ja
Ángeles Arencibia
Hola Ruymán, ¡qué tecnológico eres! Yo soy una antigua. Gracias por tu fidelidad.
UNo
Aquí otro que deja constancia. Paso habitualmente por este blog, fundamentalmente porque la costumbre de leer tus artículos resulta muy grata.
Ángeles Arencibia
Uno: Me gusta esa palabra que empleas «grata», y más que la utilices en este caso. Saludos.
Cuinpar
Ay, dios, perdón. Pero tú sabes que yo te leo siempre, siempre, verdad?
Ángeles Arencibia
¡Cuinpar! ¡Qué bueno que viniste!