En casa nos preguntábamos si era una broma. Y aún aguantamos unos minutos, lo suficiente para ver en la pantalla de la tele a la inefable Belén Esteban en el momento de hacer su entrada en un cine de Madrid.
(Pincha aquí, a ver si no es para pensar que es de coña, mira la cara de pánico del mari’o).
Se bajó de un cochazo que paró en la acera, justo donde empezaba una alfombra, creo que roja. Iba vestidísima y de mano de su marido, que llevaba un terno oscuro, con corbata y todo. La esperaban dos o tres periodistas de programas del corazón, (de esos que hacen preguntas como: «¿te han molestado los insultos de Menganita?» o «¿es verdad que a Fulanito le huelen los pies?»), y decenas de personas que se agolpaban para verla, no sé si incluso para tocarla. .
Parece mentira, pero en los pocos minutos que pude retener el mando de nuestra televisión, antes de que me obligaran a cambiar el canal, pude ver todo esto que te cuento y algo más.
Distinguí al fondo de la imagen un ‘fotocol (que es como llaman los iniciados a esos pequeños escenarios donde se hacen fotos a los invitados que van llegando), y me pareció ver que posaba otra personaje imposible: una mujer que seguramente encontró su vocación cuando alguien le explicó lo que tiran dos carretas.
Se trataba del estreno (lo llamaban la premiere, que es más fino) del documental La princesa del pueblo, basado al parecer en la vida de esta vecina de Madrid.
No vimos el documental porque no tuvimos humor para tanto, pero hoy, que me he puesto a recordar el episodio, lo he buscado en Google y mira lo que he encontrado
Si todo es cuestión de popularidad, entonces …
Popularidad al poder
Publicado en: actualidad
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Juan Rey
La Esteban es, sin duda, la cara de la España de hoy día. Gana el Mira quién baile sin saber bailar, consigue las mayores audiencias de la televisión y encima si fuera política sería la más votada. Fíjate que el fenómeno sociológico «Belén Esteban» es objeto de estudio en otros países como Francia. Hoy he leído en el Faro de Vigo que la pasada Navidad, cuando se operó la nariz, fue el nombre más buscado en Google en toda Europa. Desde luego me parece una paleta, mal hablada y creo que cada vez que habla muere un filólogo pero sí que entiendo que estudien el fenómeno. ¡Como para no!.
Ángeles Arencibia
«…cada vez que habla muere un filólogo..» Me encanta, ja, ja