Lo que va saliendo de la que parece ser la última adjudicación que hizo Mercedes Roldós como consejera de Sanidad del Gobierno de Canarias podría servir de inspiración para un resurgimiento de la novela picaresca, un género que se cultivó con éxito en el siglo de oro español y cuya obra más emblemática es el Lazarillo de Tormes.
El pícaro del siglo de oro lograba sobrevivir gracias a su astucia. Lazarillo utilizaba su ingenio para conseguir un mendrugo de pan y sus manejos, por modestos, suscitan compasión en el lector. «Pobre», pensamos, «hace bien, tiene que comer».
Todo lo contrario ocurre con este pícaro redivivo del siglo XXI, artista de la subvención y del boletín oficial. Su reino está entre pasillos, en los vericuetos de los presupuestos, en las oportunidades que da la gestión de la caja común a cráneos privilegiados y no muy escrupulosos. Normalmente no hacen nada ilegal, porque tener la cara dura no es delito, que se sepa.
La subvención como arte
Publicado en: actualidad
1
ELIA
Si señor , al pan , pan y al vino,vino y las cosas se les llama por su nombre.
Mas claro agua , Angelitas .
Ole por ti y tus escritos.