Hoy he vuelto a ver a mi vieja y querida amiga Ali después de muchos años. La reunión incluyó a otras dos viejas y queridas amigas, pero a estas las he visto más a menudo a lo largo de los últimos años, si por a menudo se acepta intervalos de muchos meses.
Todo es relativo y lo que antes nos parecía una eternidad ahora es un pispás, un chascar de dedos…¡Ah! Estamos tan ocupadas en la que seguramente será la etapa más ocupada de nuestras vidas, que el tiempo se nos escurre entre los dedos.
Casi sin darte cuenta el tinte para las canas es tan habitual como antes fue hacer los deberes y recibes sms enigmáticos que acaban en «spray» donde debía poner «sorry» o contestan con un «pl» donde se quiso decir «ok». Sólo porque la presbicia se ha instalado en tu círculo de amistades, el mismo círculo que antes tenía que pedir permiso para salir de noche o se conjuraba para compartir un cigarrillo.
Y todo: las viejas y queridas amigas, el tinte, la presbicia, las agendas saturadas, los «sprays», los «pl» y este tiempo que va pasando mientras escribo y en el que me fijo ahora son piezas de este asunto tan sabroso y desbordante que llamamos vida y que yo cada día cuando me levanto me propongo apurar con avaricia.
¿»Spray»? ¿»pl»?
Publicado en: en primera persona
0
Deja una respuesta