La otra noche lo hablaba con un querido amigo: «Los ajos ya no son lo que eran. Ahora o son pequeñitos o están podridos por dentro», me decía sin sospechar que provocaba en mí el entusiasmo de los que, al fin, se sienten comprendidos.
«Y las papas, aquellas papas que eran como mantequilla», apuntaba su señora esposa. Después seguimos con los calabacinos (con «o» en Canarias) y las zanahorias … Cambiamos de conservación antes de mencionar las manzanas, las naranjas, las lechugas …
Los sabores pueden ser tan eficaces para provocar un recuerdo como lo es la música. Una canción puede llevarte a cierto periodo de tu vida, pero también el sabor de una buena papa sancochada, humeante y bien rociada con aceite de oliva. Aunque no sé si con esto de los sabores pasa lo mismo que con la memoria meteorológica, que dicen que es muy mala. Nos parece que nunca llovió ni hizo tanto calor o tanto frío como hoy, precisamente.
Ahora un miserable kiwi hace viajes que antes eran patrimonio de tipos aguerridos como Orellana o Marco Polo. El kiwi va de Nueva Zelanda a la mesa de tu comedor como si tal cosa, pero no creo que valga la pena porque no descubre nada, llega exhausto y sin gusto apenas.
La falta de sabor de los vegetales y otros cuestiones no menos importantes -como la energía que cuesta el viaje del kiwi- son asuntos muy serios que van teniendo contestación. Hay iniciativas que me producen mucha curiosidad y que me propongo poner en marcha cuando tenga un momento, como ésta de Ben Magec. Y otras ideas más elaboradas que a lo mejor se podrían trasplantar.
El huerto perdido
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Cuinpar
Los tomates, Ángeles, los tomates.
Nunca en la vida me sentí yo tan estafada cuando recién llegada a La Laguna, fui al súper a comprar unos tomates. Ya pagarlos me parecía jevi, porque en mi casa hay siempre, que soy de tierra de agricultores. Pero es que cuando cogí aquellos, que ni olían, ni sabían a nada… Unas ganas de llorar…
ELIA
Mi abuela en sus ultimos años siempre se quejaba de la falta de sabor de las cosas y es verdad ,la fruta no sabe a nada,te acuerdas de sabores en tu infancia que no volviste a encontrar………..todo se pierde , ¡¡que pena!!!
Ángeles Arencibia
Cuinpar, das en mi punto flaco. Me gustan los tomates crudos, en salsa, asados, a la plancha, en gazpacho, en zumo… Soy una tomatera de largo historial. Y tienes mucha razón, de niña comía tomates con la mano, sin pelarlos y a mordiscos, como quien se come una manzana. Y estaban riquísimos. Ahora ya no es lo mismo. En verano, en Galicia, como vamos a una zona donde hay mucha huerta familiar a veces encontramos buenos tomates. Aquí también los hay, si te molestas en ir al mercado. Un beso.
Cuinpar
Cuídese, Ángeles, que lo mismo cualquier día le aparece en el periódico una bolsa de tomates de Tasarte, jejej.
Beso!
Ángeles Arencibia
¡¡¡Buenooo!!!
antonieta patateta
¿y los aguacates? ya nunca más los volví a probar como los de Agaete
Esther
Ya sé que me van a decir que son muy caros y tienen razón, pero prueben el cultivo ecológico. Al principio pensaba que eran tonterías de los yupis modernos, pero no tiene nada que ver. Un tomate de cultivo ecológio (o biológico), sabe a tomate, pero a tomate de los buenos, de los de antes, de esos que no se te ponen malos a los tres días, sino que te duran en la nevera y aguantan como campeones.
Cada vez hay más sitios que los venden y cada vez los precios son más asequibles. No lo duden, señoras, cultivos ecológicos, su estómago y sus papilas gustativas se lo agradeceran.
PD: No, no tengo comisión 😉
Ángeles Arencibia
Esther, probaré el huerto ecológico. Dime tiendas donde ir..
Javier Díaz
Querida: la casualidad que ayer, lunes, me regalaron unos ajos de Tejeda que están para chuparse los dedos. Ya me encargo yo de que lleguen a tu casa para que los pruebes. Nada que ver con los que se encuentran en el mercado ¿Por qué será?
Besos
Ángeles Arencibia
Ja, ja ,,, gracias Javi.
terever
¡Bonita!que yo te mando unas papas y llenas tu despensita.
BESOS….
Ángeles Arencibia
No hay nada como llorar en público Terever. Je, je … gracias.-