Esta mañana, como todas las semanas, he ido a ver a mi amigo Pedro, vendedor de la ONCE, para comprar mi cupón del viernes. Lo hago por el cupón, pero sobre todo por el placer de charlar con él. Al llegar ya me dijo que le parecía que ya había estado por allí esta semana. Saqué el cupón, vimos la fecha y comprobamos que él tenía razón, ya llevaba en el monedero el número para el 15 de octubre.
Un festivo a mitad de semana despista. Ya decían en la Ser el miércoles que ese día era «relunes», porque el martes había sido como un domingo extra.
Antes de ver a Pedro, he tenido el gusto de toparme con un camarada conductor la mar de optimista. O eso me pareció.
Estábamos varios coches parados en un semáforo y él con nosotros. Conducía un pedazo de cuatro por cuatro, enorme, llevaba la ventanilla abierta y cantaba a pleno pulmón aquella preciosa canción del folklore insular que dice «… a Canarias vino un día una inglesa soñadora, que el ver el cielo quería siempre azul y a todas horas… «
Llevaba esta canción puesta en la radio del coche, que sonaba por debajo de su vozarrón. Lo gracioso es que miraba al resto de los conductores y continuaba cantando con mucha seriedad, como si estuviera en un escenario, o así.
Me dejó pegado su optimismo y la canción también.
Y de la actualidad me quedo con la noticia del año o de la década: el rescate de los mineros, que empezó como tragedia y ha acabado en comedia.
Qué historia hubiera sido en manos de Azcona y Berlanga.
Con el optimismo pegado
Publicado en: actualidad
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