Me acuerdo perfectamente de un desayuno de la infancia que en aquel entonces fue el colmo de la modernez. Mis padres habían alquilado un bungaló en Puerto Rico (playa de Gran Canaria), con piscina, jardín y algún otro detalle más propio de la tribu de los Brady que veíamos en la tele, que de nuestra casa normal y corriente, de leche en polvo y chocolate Tirma.
Lo recuerdo perfectamente: el batido de chocolate y los kellogs. Ummml, qué ricos, qué distinto a nuestras galletas maría y a nuestros pan con mantequilla, a nuestra leche Millac con colacao.
Han tenido que pasar años y años, desayunos y desayunos, para que la leche y otros ingredientes se decantaran, como se hace con un vino, y mi desayuno llegara, después de muchas vicisitudes, a ser probablemente el mismo que alimentó a mis bisabuelos canarios y a sus ascendientes.
¡Leche de cabra con gofio! desayuno ahora y es para mí un descubrimiento, la piedra filosofal del bienestar, la clave de bóveda de mi dieta saludable. Tantos años para llegar al principio.
(Posdata: no tengo una cabra en el balcón. Qué más quisiera, tengo un hamster. La leche de cabra se vende en tetrabric).
Desayunos vintage
Publicado en: actualidad
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ELIA
¿Que tienes un hamster?
Horror………………que no se entere tu suegra !!!!!!!!!!!
Sergio Naranjo
¿Leche de cabra en cartones? No me lo puedo creer.
Este post me recuerda aquellas tardes de inicios de los setenta; mi padre había llegado de su trabajo en Los Betancores (sí, en La Minilla), ordeñaba las cabras y nos daba a comer leche cruda con gofio.
Tengo la impresión de que no nos referimos a lo mismo.
Aunque te recomiendo la «Canción Obrera», de Agustín Millares.
Allí está retratado mi padre.
Saludos.
Ana Elisa
pedro , que le gustan los animales Je Je¡¡ , me da a diario la lata para comprar un cabra . Unos 100 euros para 2 litros diarios . A lo mejor te compensa ¡¡¡ .
Ángeles Arencibia
Ana, no tengo jardín.