Entiendo muy poco de música, pero el destino quiso emparejarme con un melómano y esta circunstancia me ha arrastrado a gloriosos acontecimientos musicales que quizás no hubiera conocido si hubiera dependido de mi natural pereza.
Conocí a Springsteen hace un par de años en un accidentado concierto en Santiago de Campostela, gracias al vendaval que llevo en bandolera. A pesar de las penalidades, Bruce fue para mi una revelación. Me entusiasmó su música, pero también su empatía con todos nosotros, su sinceridad, su entrega y lo bien que parecía que se lo estaba pasando.
Volví este martes al encontrarme con Springsteen y su banda en Las Palmas de Gran Canaria, con la seguridad de que iba a ser bien recibida. Con la seguridad también de que iba a disfrutar de un espectáculo verdadero, interpretado por gente cabal.
Pero la conversión santiaguesa no me convirtió en melómana, desde luego; ni tan siquiera pudo mejorarme el oído – los tengo uno enfrente del otro, como dice mi amiga Loli-, así que aún pude observar a los fans que me rodearon anoche en el pit con la distancia que da la ignorancia.
Ver a la estrella abrirse paso entre sus fans como hicieron los israelitas en el Mar Rojo y dejarse tocar como si su cuerpo fuera milagroso o infundiera el don del buen rollo me hizo recordar otras escenas de la Biblia y pensar que tal vez sea Bruce Springsteen el paradigama del lider contemporáneo y no los obamas o las merkel.
(La foto la hice yo con mi teléfono)
San Bruce
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vendaval
Me ha emocionado
Ángeles Arencibia
Eso se lo dirás a todas
Loli
Mi niña.., tu tienes el don de la palabra, ni siquiera te das cuenta que en ocasiones haces música con ellas…lo digo por lo de un oído frente a otro…
Sergio Naranjo
Habitualmente, y tú lo sabes, no me suelen gustar las fotos como la que publicas hoy de una tertulia. Pero la de hoy sí, es más, me produce una envidia colosal. Claro que las que no me gustan son con un político y la de hoy es con Vargas Llosa.
Lo de Springsteen es como lo de aquel césar que tenía un esclavo que le recordaba permanentemente que era humano. Yo tengo dos: mis ennias discales. Las que me impidieron haber estado allí.
Pero, al final, me alegro en el alma del buen sabor de boca que ambas cosas han dejado y lo bien que ha salido todo.
Gran Canaria es el lugar donde han estado dos de mis colosos.
Ángeles Arencibia
Ja,já. Mi Loli.
Ángeles Arencibia
Aquí estuvieron, existen, son de carne y hueso y nos sacaron las perras, jejé.