La historia que cuenta hoy el periodista Carlos S. Beltrán en Canarias7 está bien para tenerla a mano cuando sufrimos uno de esos ataques de autocompasión que nos dan a algunos. Eduardo y su tía Dolores están contra las cuerdas. Ella, octogenaria y enferma de alzheimer, no se vale y él tiene su vida en suspenso por cuidarla a ella.
Son otras dos personas a las que la Ley de Dependencia que el gobierno de Zapatero aprobó la pasada legislatura, llenó de esperanza. Como a mi valiente amiga Magdalena, que tiene una hija con parálisis cerebral, que se llama Daida, y de la que cuida en su pisito de protección oficial.
Eduardo, Dolores, Magdalena, Daida y otros cientos a los que no conozco esperan desde hace meses por la ayuda que les deben. La ley hace un año y tres meses que entró en vigor y ya se disfruta en otras comunidades, pero no en Canarias. El Gobierno de las Islas reproduce sin pretenderlo el clásico de Larra y les dice a todos, a Magdalena, a Eduardo, a Daida. a Dolores, que vuelvan mañana; otra vez.
Kanaya
Sin duda no hay derecho a que traten a estas personas así. Seguro que ninguno de los consejeros del actual gobierno no tienen a un familiar en la misma situación. En ese caso, otro gallo cantaría.
mmeida
Lo malo es que en la gran mayoría de los casos, mañana siempre es tarde. No es país para dependientes 😀
Un saludo.