Sali este viernes por la noche del CICCA practicamente levitando tras escuchar a Misia, que presentada su trabajo Señora de la noche.
Fue una inmersión en belleza. Un maravilloso atracón de fados que la mayoría devoramos con avaricia. Misia es una cantante de voz superdotada que adora a su perro, tiene gran sentido del humor y trata al público con extrema cortesía. Elegante, refinada, sensible.
Lástima que ese mismo público tan afortunado incluyera a al menos dos personas capaces de disparar el flash de su cámaras de fotos contra la artista, pese a la advertencia de que no debían a hacerlo, pese a la molestia y a la impertinencia, y pese también a la más que probable pobreza del resultado.
Así, cuasi levitando como estaba, elevada a las alturas por la belleza de aquella maravillosa música portuguesa, estuve a un tris de darme un batacazo contra el suelo del patio de butacas cuando un flashaso convirtió mi extásis en la más pedestre verguenza ajena.
Te enlazo aquí una canción.
Fabulosa Misia (pese a los flashes)
Publicado en: actualidad
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