En Haiti siguen muriendo en campos de refugiados, infectados de enfermedades a un año del terremoto; el paro y sus efectos son cada vez más temibles; los problemas sociales se agudizan; el gobierno quiere retrasar la edad de jubilación …, pero la noticia que levanta a las masas es la polémica sobre si la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria debe ser o no más permisiva con los perros.
Parece que sobre este asunto todo el mundo tiene una opinión, a juzgar por la avalancha de comentarios que recibe www.canarias7.es desde este martes y también aquí. Debo reconocer que es un tema que me interesa probablemente por la misma razón que a la mayoría: me lo encuentro todos los días en la puerta de casa.
(He escrito sobre este asunto en este blog una partida de veces aquí, aquí, y también aquí. Me autolenlazo sin más ambición que mostrar que el asunto trae cola o, más bien, rabos.)
No me atrevería a decir que es un debate insustancial, ni mucho menos; se trata de un asunto importante que nos afecta, y, además, que puede decir mucho de nosotros, de quiénes somos y de qué ciudad queremos tener.
No es que despreciemos la catástrofe haitiana o la tragedia del paro; es que se nos escapan. Por evidentes y por lejanos. Sin embargo, el asunto perruno no está tan claro y lo tenemos mucho más a mano.
Photo credit: demondimum from morguefile.com
La importancia de tener cuatro patas
Publicado en: actualidad
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