Esta tarde, mientras mis hijas me contaban el último día de colegio, me acordé de los míos y de aquel sentimiento agridulce, mezcla de ilusión y de pena, que ahora sentían ellas.
Y volví una vez más a la infancia que, como dejó dicho Rilke, es la verdadera patria del hombre (mujer en mi caso).
Momentos estelares
Publicado en: en primera persona
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