Tal y como está organizada la tabla de blogs de canarias7.es, a la que pertenece Virtualario, el último en publicar sube a la primera posición de la lista. Es decir, el nuevo es el de la punta de arriba. Cuanto más renueves tu blog más tiempo estarás en los puestos de cabeza. Sólo es una cuestión de situación o de frescura y no un indicativo de calidad desde luego, pero la actualización es algo inherente a un blog.
Este largo prefacio me sirve para explicar el título de esta entrada, porque es verdad que en el año largo de vida de este blog nunca había caído tan bajo por falta de actualización. También depende de la vidilla que haya en las otras cabeceras. Si los demás tampoco actualizan, tu te quedas dónde estás. Si hay actividad a tu alrededor, tu te hundes.
Así que escribo para salir del agujero, lo que se producirá justo cuando publique esta entrada que lees ahora y que tan pronto como sea aprobada subirá al primer puesto de la columna.
En este tiempo que he estado sin escribir por diversas circunstancias entre las que incluyo la pereza, he hecho algunas otras cosas. Entre otras, empezar a leer una biografía de María Antonieta, escrita por Antonia Fraser, que me tiene cautivada.
He cogido el tomo de una biblioteca y estoy un poco apurada porque es muy gordo y voy muy despacio. Está muy bien escrito, es amenísimo y muy documentado. Describe un mundo fascinante. Cuenta detalles curiosísimos de aquella época como lo referente a los preparativos de una de las fiestas que se celebraron con motivo de los esponsales de María Antonieta con el delfín de Francia.
Entre el personal de la fiesta figuraban 800 bomberos y también dentistas (no dice cuántos). Lo primero fue una precaución porque en la fiesta se usaron más de mil velas. Respecto a los dentistas (¿serían sacamuelas?) la explicación que da el libro es que el anfitrión quería estar preparado por si a alguno de sus invitados le daba un dolor de muelas en pleno baile.
(Foto, de la película de Sofía Coppola)
Nunca había caído tan bajo
Publicado en: en primera persona
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antonieta patateta
espero que te hayas acordado de Antonieta Patateta, menos ilustre que la tuya pero amiga de Angelines Patatines.
Cuinpar
Me quedo con dos cosas, fundamentalmente:
a) La frase «Escribo para salir del agujero» es absolutamente maravillosa.
b) ¿800 bomberos? ¡Dios! ¡Quiero ir a una fiesta así ya!
(No puedo con mi condición)
Un beso gordo
Ángeles Arencibia
Cuinpar eran bomberos del XVIII, a lo mejor no te gustaban tanto. Como decía mi madre, me quedo con tu beso y te envío otro nuevo.
Ángeles Arencibia
Nunca me olvido de la Antonieta doméstica, la de casa. Besos.