Primero fue Trump, que ganó contra todo pronóstico; Bolsonaro, que lo hizo insultando a los homosexuales; Salvini en Italia, Orban en Hungría, Duda en Polonia, Le Pen nos dio el susto en Francia, y paro aquí el recuento para evitar más desaliento en esta tarde de sábado.
Se ganan campañas con mentiras y manipulaciones (el Brexit se logró así y ahora hay lamentos). Goebbels lo hizo y aniquiló a millones de judíos. No es una exageración, es historia.
Aquí también tuvimos lo nuestro. La revista CTXT ilustra el editorial que enlazo con una foto de José Antonio Primo de Rivera al frente de una manifestación contra los separatistas catalanes en Madrid, en 1934. En dos años hubo un golpe de Estado y a continuación una dictadura sanguinaria.
¿Qué pone en peligro la unidad de España: dialogar con los catalanes o acusar de traición al presidente del Gobierno?
Sánchez siempre ha sostenido que el diálogo solo podía darse dentro de la Constitución, pero esto al trío de la bencina le tiene sin cuidado. Algo así como esta frase que, en broma, decimos a veces los periodistas: “no dejes que la verdad te estropee un buen titular”.
Y ya esto último que oigo a una líder de C’s que afirma que la manifestación del domingo no deben protagonizarla los partidos, porque esto es un asunto de la sociedad civil. Como si se hubiera convocado y jaleado sola.
En algún momento, cuando arreciaba el independentismo y a Rajoy se le ponía cara de susto, recuerdo haber escrito que, pese a que nunca le había votado, él era mi presidente. No sé si lo haría a raíz del apoyo de Sánchez (entonces líder de la oposición) a la aplicación del 155 por parte del gobierno del PP
Con esta manifestación Casado y Rivero yerran el tiro: el enemigo no es Sánchez, lo llevan de la mano.
Deja una respuesta