No hay nada que duela más perder que lo que ya se acaricia con la punta de los dedos. No sé si esa fue la intención de Marruecos cuando frustró a última hora de ayer el regreso de Amitu Haidar a casa, pero lo parece. Una refinada forma de tortura.
Refinada tortura
Publicado en: en primera persona
1
antonieta pateteta
sublime comentario,