He oído esta mañana en la radio autonómica a un candidato del PP decir que el día 20 de noviembre se decidía el fin de la crisis. Es decir, que el triunfo del PP garantizaba el fin de las vacas flacas en España
Quedan pocos días para las elecciones y hay quien dice cualquier cosa, con tal de atrapar incautos. No sé qué dirá este mismo señor, cuando el paro supere los cinco millones en el primer trimestre del año que viene, como ya vaticinan los expertos.
Soy una indecisa y por lo tanto, destinataria preferente de los mensajes electorales, pues somos nosotros, lo que aún rumiamos nuestro voto, los que podemos quitar o no la razón a las encuestas.
Me pregunto dónde estaríamos ahora, si Rajoy, el de los hilillos del Prestige, hubiera ganado las elecciones de 2008.
¿Habría evitado el pinchazo de la burbuja inmobiliario, el gran filón del paro en España? ¿Estaríamos como Italia, Grecia o Portugal? ¿O como Alemania, creando empleo?
Mucho me temo que ni Rajoy es Merkel ni los tejidos productivos de ambos países tienen punto de comparación.
Las indecisas como yo somo importantes en una elecciones, pero también los decididos del «totalporunonopasanada» que se quedan en casa, y los viscerales que, pase lo que pase, digan lo que digan, jamás cambian el sentido de su voto.
Algunos de estos últimos tal vez acudan a las urnas como van al estadio a ver a su equipo, ciegos de lealtad, y con las orejeras puestas para no mirar a los lados, no vaya a ser que alguién tenga una idea mejor.
(EFE/Salvador Sas. Comida electoral en Vigo)
Votar con las orejeras puestas
Publicado en: actualidad, politica
0
Deja una respuesta