Esta noche cuando contemplaba la llegada de Rajoy y Rubalcaba al palacio de congresos de Madrid donde se iba a celebrar el gran debate de las elecciones del 20-n no pude evitar pensar en una película del oeste, en un duelo a las puertas del saloon.
Es la política espectáculo, el todo por la audiencia. ¿Que nos interesaba más? ¿El contenido? ¿El morbo del enfrentamiento? ¿Someterlos al examen?
No sé hasta qué punto este tipo de debates puede influir en el voto de los electores, pues la mayoría llega con una idea preconcebida.
Es como un hincha de fútbol, que nunca se pasará al equipo rival por muchos goles que meta.
Yo, a priori, soy más de Rubalcaba que de Rajoy, pero cada vez me siento más incómoda en este bipartidismo tan encorsetado.
Cada vez también valoro más mi voto, lo pienso y lo maduro, le saco brillo y lo medito.
(La foto es de EFE/Alberto Martín)
UNo
¡Saludos!
Yo no creo que influya mucho en el voto de los electores. Quizás la vehemencia que parece puso Rubalcaba pudo haber arañado el voto de algunos votantes de izquierda, pero no creo que mucho más. Es más política espectáculo. Y encima creo que ha costado un dineral
Yo no lo vi. Tenía que elegir entre mi hora diaria de telecomedias de risa en la tele y el debate y la verdad, la serie «La Teoría del Bing Band» con el «insufrible» Sheldom Cooper -uno de los protagonistas- y que está emitiendo Neox, se llevó la palma.