Cuando me pasa lo que ha pasado; es decir, cuando me dejo ir tanto que mi pobre Virtualario se despeña por la columna de blogs de canarias7.es hasta honduras abisales, me sucede como cuando vas a encontrate con alguien después de muchos años sin saber el uno del otro: me da corte.
Lo supero, no sin esfuerzo, y me encuentro con la persona en cuestión o me lanzo a escribir teclado arriba, teclado abajo, que es lo que estoy haciendo esta tarde de domingo.
Estos días que he estado sin actualizar el blog han estado marcados por la tragedia de Haití. No me sentía con ánimos para escribir sobre la catástrofe, porque pensé que sólo podía añadir más blablá al blablá planetario. Yo quería dar consuelo, pero me tengo que conformar con dar dinero.
Cuando veo las imágenes, leo las informaciones o contemplo las fotografías me invade el desaliento, ¿cómo se puede seguir adelante cuando no te queda nada? El desamparo de los niños que han quedado huérfanos es particularmente desgarrador.
Decía que no quería escribir sobre Haití, pero he acabado haciendolo porque pasarlo por alto me parecía ahora, que lo pienso mejor, una falta de respeto. Siento que si no dedico unas líneas a condolerme por tanto sufrimiento, es como decir que me da igual. Y no es así, de ninguna manera.
Haití en el corazón
Publicado en: actualidad
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