Me he tomado unas cortas vacaciones como hace Carolina de Mónaco cada dos por tres, aunque tal vez las mías tengan un poco menos de glamour.
Necesitaba reiniciar mi cerebro y también el corazón, que lejos de endurecerse con el paso de los años, cada vez es más sensible a las cosas de la vida.
Pero estas cortas vacaciones están resultando un medio fiasco por culpa de un catarro de grandes proporciones que me mantiene acuartelada en mi castillo.
Estoy sometiéndome también a una cura suave, no estricta, de abstinencia de noticias. Así que estoy como en una cámara de aislamiento sensorial. Casera, pero razonablemente eficaz.
Aislamiendo sensorial
Publicado en: en primera persona
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Antonio Hernández G.
Pues mi querida Angeles, que te mejores de tu catarro, que tu cerebro se reinicie lo mejor posible (no te pases), que este año sea mejor que el anterior, y que tu hija cuando lea los letreros los lea bien.
Un beso de tu….»compi»
Antonio Hernández.(si,si ese mismo).
Ángeles Arencibia
Querido Antonio, qué alegría verte por aquí. Salud para el nuevo año.