Esta mañana el teletipo recupera a un viejo líder: Anguita acusa al Gobierno de cometer «un delito de alta traición a su país», dice el titular de la agencia EFE.
Para mí, ha sido un chispazo, una gotita de asombro, un pensar, bueno, aún nos queda Anguita.
Seguramente el andaluz ha sido el líder más carismático de Izquierda Unida, no sólo por resultados, también por personalidad. Con su «programa, programa, programa» fue el Pepito Grillo de Felipe González, demasiado asentado en la realidad de la Moncloa como para atender a las utopías de la izquierda.
En estos tiempos de mudanzas y herejías contra el sacrosanto estado del bienestar que Anguita resucite a la vida pública, aunque sea para presentar un libro, abre el panorama.
Dice Anguita que el Gobierno de Rajoy comete «alta traición», como cuentan que hizo Mata Hari, la espía que murió fusilada, sólo que ahora la guerra se libra en los despachos, en las bolsas y en las traseras de los gabinetes ministeriales y no hay sangre, o eso parece.
Pero las víctimas son las mismas de siempre, los ciudadanos de a pie, que antes morían de un tiro en las trincheras y ahora de angustia en la cola del paro.
Rajoy, Mata Hari y Anguita
Publicado en: actualidad
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