Hoy me he levantado con unas ganas enormes de leer poesía. Son unas ganas intentas y casi físicas, como si fuera sed y no hubiera bebido en horas, pero no tan perentorias.
Como el sueño que aún tengo, mis ganas de poesía seguirán ahí todo el día hasta que llegue la noche y entonces se disputarán mi atención.
No soy aficionada a leer poesía, pero hoy, no sé por qué, me levanté con ganas de Machado, de Neruda, de Espronceda.
Con ganas de poesía
Publicado en: en primera persona
0
Deja una respuesta