El debate estéril

Publicado en: actualidad 8

No han tenido un día de esos en que en vez de disfrutarlo, tienes que correrlo. Pues el viernes yo tuve un día de esos. Desde que me levanté a las siete de la mañana hasta que me fuí a la cama a las doce de la noche no tuve un minuto libre.


chica,jpg.jpgY por eso no pude hacer mis deberes en este blog. Ayer tuve un día parecido, aunque por otras circunstancias. Invité a cuatro amigas de mi hija pequeña -8 años- a pasar el día. Fue memorable. Para ellas, por la excepcionalidad de estar juntas fuera del colegio y para mí, por la oportunidad de observarlas en su salsa. Cinco mujeres a escala.
Hoy domingo, de vuelta a la normalidad, mis hijas han retomado una de sus actividades preferidas: la discusión sin salida. La polémica por la polémica. Cuando dí por imposible lograr un consenso sobre quién debía jugar con qué juguete y por cuánto tiempo, me vine al blog mascando para mis adentros que el jueves había presenciado una discusión muy parecidia, aunque ésta fue entre adultos y no por juguetes.
Un comentario inocente sobre las protestas de los camioneros devino en batalla verbal entre los partidarios del PSOE y los del PP. Ninguna de las partes tenía ninguna intención de aceptar como bueno absolutamente nada del partido contrario y, desde luego, todo lo del suyo era extraordinario. El debate no sirvió para nada y como la discusión de mis hijas de esta mañana, terminó con los contendientes enfurruñados y mascando entre dientes.
Cuando se me presentan una de estas conversaciones suelo abandonar de entrada. Me ocurre con ellas como con algunos comentaristas políticos que ya ni leo ni escucho, porque sé de antemano a quién van a poner verde y a quien van a ensalzar. No importa de qué se hable, todo lo que hace A está mal, y todo lo que hace B es el colmo de la maravilla.
Muchos de nosotros caemos en lo mismo. Defendemos al personaje tal pese a quien pese y haga lo que haga, y somos tan obtusos que pasamos por alto que derroche nuestros impuestos y hasta que se meta algo en el bolsillo. Son fidelidades que dan un poco de pena.
(Una mujer a escala, aunque no es ninguna de las mías. Lukeok/ morguefile)

8 Comentarios

  1. carmela
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    Creo que lo que comentas está a la orden del día. Desde hace meses, mucho antes de las elecciones, existe un diálogo de Besugos dónde nadie da su brazo a torcer. He oido posturas totalmente semejantes, pero como la defienden ideas políticas diferentes (por decirlo de algún modo porque realmente ideas hay pocas y en cuanto a política…. mejor no hablemos), al final hay peleas innecesarias que dan la razón al contrincante pero se despiden como si dieran por locos mutuamente. Estoy contigo que, en esos casos, mejor dejarlo para otro momento, pero,… no le estamos dando así a la parte menos transigente, un halo de victoria inexistente???? Lo que se está consiguiendo, bajo mi punto de vista, es que salga airoso vencedor el que mejor se sabe expresar, el mas locuaz, aunque entre toda su palabrería abunde la mentira y el engaño.

  2. Ángeles Arencibia
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    Vega, (perdón, Carmela): En parte estoy contigo, El triunfo también puede ser una cuestión de marketing.

  3. antonieta patateta
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    Lo que comentas me recuerda al ambiente de mi oficina. Aquí son todos neofalangistas y todo se da por hecho. Esperanza es maravillosa y Rajoy, Clark Gable, hagan lo que hagan. Una vez mi jefe intentó organizar una salida de toda la oficina para ir a la manifestación en pro de la familia, yo le dije que a mí me parecía bien que hubiera otras familias y que estaba a favor de la adopción de niños por personas buenas sin que importara el tipo de familia. ¡Lo que fue aquello!, fui tachado de roja rojísima y ya no me invitan a las manifestaciones.
    Discutir con esta gente es infructuoso porque practican el sí porque sí y el no porque no, me recuerdan mucho a la madre Valle de las Dominicas. Aquella monja que era tan feliz soplando el micrófono para tenernos en vilo en el recreo.

  4. totoyo
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    Vaya, pues a mí me dijo un pajarito que el viernes por la noche te vieron en en Santa Catalin a con amigotes…

  5. Txema
    | Responder

    Tienes toda la razón Ángeles. Esa es la premisa o estás conmigo o contra mí. Estas con A o, por defecto, contra él y con B. Un ejemplo universal de esta dicotomía simple y primitiva para un mundo tan complejo y lleno de matices fue la guerra de Irak: Sólo había dos grupos.

  6. Ángeles Arencibia
    | Responder

    Antonieta, eso qué es: ¿la oficina siniestra?

  7. Ángeles Arencibia
    | Responder

    Totoyo: Me confunde con otra, sin duda.

  8. Ángeles Arencibia
    | Responder

    Txema, estoy en parte de acuerdo con tu ejemplo, porque me parece muy difícil llegar a un acuerdo intermedio sobre la guerra de Irak.

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