Dice mi amiga Valentina que las peluquerías deberían estar incluidas en la Seguridad Social. Le doy la razón.
Ya he hablado aquí de mi peluquera y de su salón. María -con Ana, su mano derecha-, dirige una pelu sencilla que con los años se ha convertido para mí en, casi casi, una extensión de mi casa. Me siento tan a gusto en ella.
Además, el destino ha querido que algunas de mis viejas amigas sean también clientas de María, así que no es raro que, además del salir con mucho mejor pinta de la que traía al llegar, me lleve el alma recargada por una de esas charlas que solo se pueden tener con una colega de la infancia.
Voy con menos frecuencia de lo políticamente correcto, pero voy, y el último día coincidí con una clienta mayor muy simpática que confesaba que tenía el vicio de la laca, como, aclaró, también tenía una prima suya.
Le pedí permiso para hablar de esta novedosa afición en el blog y le aseguré que no traicionaría su anonimato, porque lo que me interesaba era el hecho.
Bromeamos con ello y María llegó a aventurar si los recientes episodios de calima que ha padecido Gran Canaria no tendrían su origen en la afición de mi eventual compañera de lavado de cabeza.
En este escenario tan doméstico y dicharachero conseguí echarle un ojo a El Pais del día, en concreto a un artículo sobre los drones (aviones no tripulados) y las ejecuciones en el extranjero de supuestos miembros de Al Qaeda.
También, entre el aclarado y la mascarilla, me acordé de algo que dijo Wyoming el otro día en la Ser a cuenta de la situación. Afirmó que tal y como está el país cualquiera que llegue y prometa ley, orden y trabajo se lo lleva de calle.
La crisis es terreno abonado para el populismo y los salvadores de la patria, como lo fue en los años 30 en Europa y surgieron los fascismos.
Como lo es el miedo para que el país más poderoso se crea propietario de la justicia y en vez del colt del lejano oeste emplee drones para matar al malo en el otro confín de la tierra.
Esta mañana, en Radio Nacional escuché a un ciudadano que llamaba para defender el proyecto de Eurovegas de Alcorcón. El hombre decía que «con la que está cayendo» no importaban las consecuencias -llegó a decir que si los ludópatas van, allá ellos-, con tal de que se crearan empleos.
Es decir, que el fin justifica los medios. Si el objetivo es el empleo o acabar con Al Qaeda, qué más da que el medio sea Eurovegas o un dron ejecutor.
Me levanté del lavacabeza y me dirigí al tocador pensando en cuánta falta nos hacen políticos honestos, inteligentes y carismáticos que, como hizo Juan Negrín durante la guerra, nos lideren en nombre de la democracia y de la justicia, y no del miedo por «la que está cayendo» o al terrorismo, por muy terroríficas que sean ambas cosas.
Y entonces volvimos al asunto de la laca.
(La foto es de Juan Negrín López)
Drones en la peluquería
Publicado en: actualidad, en primera persona
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UNo
Mi mujer me comenta siempre que el coste de peluquería debería poder desgravarse en la declaración de hacienda.
Coincido en que la crisis es terreno abonado para el populismo, pero no sólo el fascismo ha surgido de él a lo largo de la Historia. Los salvadores de la patria también han venido desde la izquierda que implantó terroríficas dictaduras marxistas.
Yo no creo que el fin justifique los medios, pero si el objetivo es acabar con AlQaeda, el uso de drones no me resulta descabellado, me parece simplemente la utilización de tecnología sofisticadísima para lograr el objetivo.
Discrepo al final. La izquierda española de la época del doctor Negrín no era democrática. Era marxista.
Saludos
Ángeles Arencibia
UNo sólo hablo de Negrín y no de la izquierda de la época, que no era homogéna ni mucho menos. Vale la pena leer los discursos de Negrín, no sé si has tenido oportunidad de hacerlo, Y sí hubo dictaduras marxista, pero, desde mi punto de vista, nacieron de la pobreza y las otras, del miedo a esa misma pobreza. Es una opinión, nada más. Buen día.