Si no tengo otras preocupaciones, disfruto mucho caminando sola por la calle con los ojos, los oídos y también la nariz bien dispuestos para absorber lo que ocurre a mi alrededor.
A veces no somos conscientes de que vamos gastando minutos del reloj de arena de nuestra vida.
Que este preciso instante de ahora mismo es valiosísimo, que este rato de charla con mi padre es tan único como la obra de arte de un artista genial.
A menudo defiendo en conversaciones con mis compañeros de oficio que no hay historias malas, que la mayoría de la gente tiene algo que decir, que muchas veces depende de nuestro interés.
Lo mismo me pasa con los momentos. Si se le pone un poco de fijeza (otra vez la palabrita de mi querida E.), cualquier momento puede ser un buen momento. Si no hay razones de fuerza mayor, evidentemente.
Decía que me gusta pasear por la calle con atención. Estar atenta puede deparar descubrimientos como una tintorería que incluye sotanas en su lista de precios o diálogos como éste de una adolescente ante el telefonillo de un edificio.
-¡Hello!
-¿Ehh?, se oye por el altavoz de la pared.
-¡Hello!
-¿Ehhhh?
-¡Abuela …! ¡Que soy yo!
Momentos valiosos
Publicado en: en primera persona
1
ELIA
Si , si , si ………….pero por mucha FIJEZA que le pongas , pasar la ITV es un marronazo!!!!!!!!
Eso que me llevo el periodico para no perder el tiempo.
¡¡¡Que bueno lo de la buela y el Hello!!!!!