El socialista catalán Pere Navarro dijo este miércoles en un acto público algo que muchos rumian desde hace meses y que anteayer habría sido una herejía. ¿Que el rey abdique ha dicho usted? Hombre, si lo hace el papa, que es infalible…
Los malos tiempos que vive el país, la pobreza que crece como una gangrena y la falta de esperanza en el futuro han elevado a alturas imprevisibles la indignación por las idas y venidas del yernísimo don Iñaqui.
Tenemos la mosca en la oreja por la situación y/o supuesta participación de la infanta en el chanchullo. Y por más cosas: ¿Cuánto hace que nos engaña el duque? ¿Nos engaña uno? ¿Nos engañan todos?
Con este panorama, la ineludible e impepinable dictadura del tiempo que ha convertido a nuestro monarca en un anciano de cara abotagada y andares inciertos convierte la abdicación en una idea razonable, que se torna deseable según a quien se mire.
Y todo sin borrar la imagen de aquel rey joven y hasta guapo que se asomó a la televisión una noche de febrero para decirnos que la democracia seguía adelante. Ni quitarle sus otros méritos, que los tiene, ni ese gran papel que le guarda la historia.
Pero la vida es así, nos hacemos mayores y nos jubilamos y si todos somos iguales lo seremos también en esto.
La frase «los reyes no abdican» que atribuyen a la reina, es una máxima demodé más propia de la Francia del Rey Sol que de una Europa en la que hasta Beatriz se ha ido a cuidar de sus nietos.
(Este artículo lo publiqué en Canarias7 este jueves a raíz de las declaraciones de Pere Navarro. Hoy, viernes, la Casa del Rey ha dicho que no abdica).
El penúltimo tabú
Publicado en: actualidad
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Sergio Naranjo
Magnífico artículo, que desde que lo leí me reflejó mis ideas.
C’est la vie…
Ángeles Arencibia
Muchas gracias.