Obama acaba de firmar una ley que proscribe la discriminación salarial por razón de género, raza, religion o edad. La ley, como se lee en el enlace, tiene el nombre de una mujer que luchó para conseguirla, con ese gusto tan estadounidense por héroes y heroínas.
La ley es una buena ley, pero es un poco chusco que se tenga que dictar a estas alturas de la película americana. No es Mozambique, son los Estados Unidos de América, como les gusta decir en las grandes ceremonias, y la discriminación salarial debía ser una cosa ya legislada, que no digo realizada.
En España, téoricamente somos todos iguales, hombres y mujeres, pero la discrimación salarial por razón de sexo -hay otras-, sigue siendo brutal. Lo he puesto en Google y me han salido infinidad de respuestas. Te enlazo ésta, que tiene un buen titular. Además del caso que representa Lilly -tenía el mismo puesto que otros compañeros hombres, pero cobraba menos-, está el de mujeres que realizan las mismas tareas -o más- que compañeros masculinos pero sin que se les reconozca siquiera la categoría que merecen, y evidentemente, con ella va el salario. Hay un trecho muy largo entre lo que dice la ley y la vida.
El triunfo de Lilly
Publicado en: actualidad, mujeres
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