En El silencio de los corderos, la policía aconseja a la senadora cuya hija ha sido secuestrada, que cuando hable de ella por televisión la llame por su nombre para contribuir a que el secuestrador la vea como una persona y no como una cosa.
Recordé este detalle el sábado, leyendo un teletipo sobre los atentados de Bombay. El despacho de agencia comenzaba con una cifra -195 víctimas- y continúaba con el relato de otros asuntos -un detenido..- Hasta aquí reconozco que no me había sentido especialmente apenada por la magnitud de la masacre. Sólo casi al final del texto citaba el caso de un matrimonio judío que se encontraba entre las víctimas y de su hija, una niña que se había quedado huérfana.
Enlacé esta sensación, este ponerme en el lugar de la niña que había perdido a sus padres, con el concepto de la intrahistoria, un término acuñado por Unamuno para describir la parte de la historia que hacemos los de a pie. No la de los grandes hechos, la de los reyes y los generales, sino la de la Pepe, Jaime, Antonia … La vida de los que no salimos en los libros de historia.
Y en mi ensalada de ideas particular la relacioné con lo ocurrido este viernes junto al pozo del Llano de Las Brujas (Arucas), donde un grupo de familias mostraba al mundo que era cierto que a sus abuelos, tíos o padres los habían matado en el 37. Que era cierto que fueron asesinados de madrugada y que sus cuerpos habían sido escondidos para que nunca jamás nadie supiera la verdad de lo ocurrido.
Esa foto espeluznante de once esqueletos en el fondo circular del pozo es parte de la intrahistoria de la guerra, de lo que ocurrió a ras de suelo. Pone nombre a las macrocifras de víctimas. Junto al pozo estaban Pino, Balbina, Domingo, Andrés, Paco … deudos con nombres y apellidos.
Es muy distinto pensar en que el volcán Nevado del Ruiz borró un pueblo del mapa a recordar la agonía de la niña Omaira. Seguro que aún recuerdas a Omaira.
Las estadísticas y las grandes cifras tienen un efecto tranquilizador. Apaciguan las conciencias. Te dicen que cada día mueren x millones de niños de hambre y tu procesas la información sin grandes dificultades, pero le ponen cara a uno de esos niños, te cuentan sus circunstancias y ya lo ves de otra manera.
(Pie de foto: En la imagen de Arcadio Suárez, vista general de la rueda de prensa que la Asociación de la Memoria Histórica de Arucas celebró este viernes junto al pozo de Llano de Las Brujas)
Muchos son uno más uno más uno más uno …
Publicado en: en primera persona
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