Este 17 de octubre se cumple un año de la marcha definitiva de mi padre. Fue un hombre discreto, optimista, algo tímido, bromista con moderación, y, sobre todo, una persona leal.

Cuando pienso en mis padres , y en todo lo que nos enseñaron, siento que la impronta más importante que nos dejan es el respeto a la palabra dada.
“La verdad solo tiene un camino” o “la mentira tiene las patas muy cortas” son refranes que acompañaron nuestra infancia y juventud, gracias a mi madre, tan dada al uso de estos chispazos del ingenio popular.
Recuerdo a mi padre ahora en este primer aniversario de su partida – y siempre, la verdad- pensando en esta cualidad suya de ser persona segura, gente de fiar.
Ahora que tras su muerte me he hecho adulta del todo, me doy cuenta de que no me dejaron tan huérfana. Tengo una mochila llena de ejemplos de cómo se debe ir por el mundo, con puntos de partida para resolver problemas o elegir caminos en los cruces de la vida. Quizás los más importantes y los que más se repiten sean esos que hablan de las patitas cortas de la mentira.
La recompensa casi nunca se puede medir en monedas, tiene otras formas. Es respeto, amistad, complicidad … cosas así a las que algunos no les dan importancia.
Pobres, no saben lo que se pierden.
ELIA
Que bonito Angeles , ya paso un año .
Y tanto ….gente de fiar …………de fiarse totalmente , jamas te defraudaria .
angeles
Nunca
Esther Arencibia
Y que razón tienes y que bien lo dices.
Esther Arencibia
Si es que me podría leer 1000 veces y lo disfrutaría cada una de las veces. Gracias mil veces