Animales políticos (I)

Publicado en: actualidad 7

Si usted es un político, -no en sentido de pariente político o persona diplomática-, debe dominar el arte de hacer declaraciones inverosímiles con la misma naturalidad con la que abre un sobre de azúcar para endulzar su cortado. Debe saber contestar cualquier cosa que le pregunten sin que se le note que no tiene pajolera idea. Le pongo ejemplos.


bebe.jpgUn consejero de una corporación insular al que tuve el gusto de tratar hace unos años ilustra el primer caso. Aquel buen hombre me concedió una entrevista un lunes por la mañana en su despacho para explicarme sus planes en materia hidráulica, un tema en el que él tenía gran interés.
Afortunadamente, al salir de la entrevista tuve el buen tino de comentar el asunto con un técnico y así evité publicar una insensatez: si el hombre aquel hubiera hecho lo que con gran aplomo me dijo que pretendía hacer, la isla esta que pisamos los que vivimos en Gran Canaria, llevaría años hundida en el océano, tanta era la cantidad de agua que pretendía almacenar en sus embalses. No sabía de lo que hablaba, pero era el responsable máximo del asunto en ese preciso momento.
Algo parecido me pasó con un alcalde que, como el consejero de antes, ha cambiado de actividad hace ya mucho tiempo para tranquilidad de todos. El alcalde hablaba en una entrevista de una carretera que se iba a hacer en su pueblo. Tuve la misma intuición, consulté y obtuve el mismo resultado. Si el proyecto del alcalde se hubiera llevado a cabo tal y como él me dijo que se iba a hacer, hoy habría un pueblo en Canarias que haría sombra a la mismísima ciudad de Los Ángeles por el tamaño de su circunvalación y sus enlaces a la autopista.
El hombre político puede errar: a) por ignorancia como creo que ocurrió en los dos casos anteriores -lo cual no deja de ser censurable-; b) porque está mal asesorado -disculpable hasta cierto punto-; y c) porque le importa un pimiento. Dejo para otro día al modelo d), en el que encuadraríamos a los piratas.
El penúltimo tipo es el que mayor pasmo me causa. Encuadro en la categoría c a ese tipo de dirigente político que tiene una respuesta para todo, sean cuales sean las circunstancias o las preguntas. En este apartado, el contenido es lo de menos, lo importante es cómo se dice, con cuanto aplomo se afirma en una noche de derrota electoral, por ejemplo, la siguiente frase que además es real: «Nunca un partido en la oposición había tenido tanto respaldo».
Vamos a ver: Si está en la oposición será porque ha perdido las elecciones, si no, estaría en el poder. ¿Qué significa respaldo? ¿Respaldo para que siga en la oposición? ¿Puede considerarse respaldo los votos de los que optaron por otra candidatura? El que no se consuela es porque no quiere.
El político clase c nunca reconoce un error, una derrota, ni tan siquiera una omisión. La culpa es siempre de los demás, del otro partido mayormente y si éste gobierna en otra institución, pues con más razón. No importa que nosotros, los mismos de antes, defendieramos exactamente lo contrario hasta las últimas elecciones. Ya sabe: las urnas han hablado, el pueblo nunca se equivoca, me debo a mis votantes… y yo, o me reciclo, o no vuelvo a pisar una moqueta.
Los partidos se han convertido en marcas y acogen en su seno a buenos fichajes, a gente pacífica y normal, y también a mucha morralla. La morralla sale de vez en cuando a flote cuando se levanta un caso de corrupción. Pero hay mucha que sobrevive entre aguas y va dejando pufos por doquier que no llegan a ser materia delictiva.
Proyectos que no se hicieron porque se dejó perder la subvención o que se eternizan porque la tramitación tiene errores y hay que empezar de nuevo. Éstas y otras calamidades que contribuyen a dilapidar los fondos públicos dan la sensación de que la gestión de la cosa pública es la única actividad que goza hoy en día de una especie de perdón universal que permite al mismo que acaba de dejar, es un suponer, la educación en bancarrota tenga como premio un puesto seguro en el Congreso, en el Senado o esa dirección general que no tiene nada que ver con lo mío, pero que ya me asesoraré yo…
Este macrotipo c -hay muchas subdivisiones y hasta subgéneros- se caracteriza también por tener una certera visión de futuro que nunca se cumple, pero es igual, quién se acuerda. Vaya a un periódico de agosto o de julio y busque problemas que se van a solucionar en septiembre, encontrará algunos. Es un viejo truco, después llega septiembre y la urgencia del día a día y otros problemas sobrevenidos se comen las promesas del verano que, por otra parte, se hicieron para no ser cumplidas.
Tiene mucha miga el estudio del animal político. ¿Y ese lenguaje? Tan lleno de palabras altisonantes y complicadas. ¿Por qué dicen que van a crear una mesa de diálogo con lo bien que se entenderia que van a quedar para hablar? Y esa costumbre, manía o forma de quitar hierro que consiste en añadir a todas las acusaciones y críticas la coletilla de político. No hay fraudes mondos y lirondos, los fraudes son políticos, como las estafas, los errores, los enfados y hasta las alegrías, que haberlas haylas.
(Vaya por delante que también he conocido a mucho personaje serio en esto de la política, pero hay tanto de lo otro… que a veces una pierde la fe.)
(Autor: Kakisky/Morguefile. El niño que llora lleva en la camiseta los nombres de dos candidatos a la presidencia de EEUU en 2004)

7 Comentarios

  1. Cuinpar
    | Responder

    Brutal, como siempre… Ahora que hablas del lenguaje de los políticos, me acuerdo de las últimas estrofas de «Algo personal», de Joan Manuel Serrat:
    ^
    […]Pero, eso sí, los sicarios no pierden ocasión
    de declarar públicamente su empeño
    en propiciar un diálogo de franca distensión
    que les permita hallar un marco previo
    que garantice unas premisas mínimas
    que faciliten crear los resortes
    que impulsen un punto de partida sólido y capaz
    de este a oeste y de sur a norte,
    donde establecer las bases de un tratado de amistad
    que contribuya a poner los cimientos
    de una plataforma donde edificar
    un hermoso futuro de amor y paz.
    Nada, eso…
    Un saludo,

  2. Ángeles Arencibia
    | Responder

    Hola Cuinpar. Leo lo que has escrito y me voy con la música. Sí, era eso, efectivamente, aunque yo no fui capaz de relacionarlo con esta nutritiva canción. Saludos.

  3. Pablo
    | Responder

    En algún punto estimada, coincides conmigo con la analogía con el cine. La diferencia está en el fin de cada uno. La mentira en el cine es el instrumento para su existencia (y su sentido); en la política, es el instrumento para los males de la sociedad.
    Saludos estimada!
    Un encanto su visita por mi espacio.

  4. Maldini
    | Responder

    Y supongo que sólo habrás contado unos pocos casos… Si se exigiera un título de político, esto es, que existiera una carrera específica para poder ejercer como tal (de niño pensaba que para eso se estudiaba «Ciencias Políticas»), tendríamos que importarlos, como una más de las tantas carencias en materias primas de Canarias en particular y España en general.
    Sería como siempre, exportaríamos monocultivos e imortaríamos monos cultivados, que ni es lo mismo, ni es igual, sólo parecido.
    Gracias por escribir.

  5. Ángeles Arencibia
    | Responder

    Maldini: Y el sentido común, la honradez … ¿dónde se estudia eso?

  6. Maldini
    | Responder

    Buena pregunta…
    Creo que esas «cosas» ni se enseñan ni se aprenden.
    Lo hacen los otros y los demas imitamos, pero, para que surta efecto, cambia «los otros» por «nuestros padres» y «los demás» por nosotros cuando somos niños.
    Por eso mismo, porque esas cosas no se estudian sino que se aprenden, como tantas es que existen dos palabras y entidades distintas: familia y escuela. Una para educar y otra para aprender.
    Pero a veces los padres encargan la educación de sus hijos a los profes, a la play y a la tele, y después se quejan… ¡con lo bueno que era de niño, y míralo ahora, todo un alcalde, sentado ante un juez por corrupción!
    También hay un problema, y es que la estupidez no es delito, volviendo al tema de tu post, y es más fácil repartir culpas que asumir responsabilidades.
    Besos, abrazos, achuchones y carantoñas múltiples (El Cifu, dixit)

  7. Ángeles Arencibia
    | Responder

    Maldini: Sí, la estupidez ni es delito ni creo que haya forma de erradicarla. De todas formas, creo que vamos progresando de a poquito, como dicen por allá allende el charco.

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