Más de una vez he contado en este blog que llevo años fascinada por la historia de la República española, por cómo la vida de pronto se convirtió en una tragedia. Hay un boom editorial sobre este tema y yo me he leído algunos de esos libros.
Si unimos este interés a la mitomanía propia de la especie periodística, podrá comprenderse el estado de ánimo en el que el 16 de noviembre de 2006 por la tarde entré en el vestíbulo del que fue hotel Sansofé (no si todavía se llamaba así en aquella época) en la playa de Las Canteras para encontrarme con don Santiago Carrillo, en persona, ni más ni menos.
Con el delfín de la Pasionaria, protagonista de la transición democrática y de otras muchas batallas. Iba a encontrarme con la historia en carne y hueso, la historia gorda que trastocó tantísimas vidas Iba nerviosa porque nunca se sabe de qué pie cojea el personaje y éste era una auténtica vaca sagrada.
Tuve que esperar unos minutos en el vestíbulo porque suelo adelantarme, pero él bajó puntual, a la hora prevista. Llevaba una americana de color oscuro y una camisa blanca sin corbata. Era más menudo de lo que esperaba y muy amable.
La relaciones públicas del hotel nos llevó a un pub entonces vacío donde don Santiago pudo fumar sin descanso. Se hizo una excepción, ya entonces no se podía fumar en cualquier sitio.
Fumó sin parar durante toda la entrevista y habló también sin parar, sin dudar en fechas o en nombres. Yo me maravillaba. ¡Fue con Largo Caballero a un mitin y de conoció a Negrín!
Hablamos mucho del estadista canario al que había conocido durante la guerra y con quien se había entrevistado por última vez en París en 1956, poco antes de su muerte.
De ahí saltamos a la transición: «Que hicimos», me dijo, «la izquierda con una parte del franquismo».
Hablamos de la revolución de Asturias, del día en que se proclamó la República, que él recordaba como uno de los más felices de su vida y de otros asuntos actuales y pasados.
Me dedicó todo el tiempo que le pedí, me habló de todo, no dijo nunca de eso no me acuerdo ni rehusó ninguna pregunta.
Lo pase muy bien con don Santiago. Fue un honor como le dije al despedirnos.
Mi encuentro con Santiago Carrillo
Publicado en: en primera persona, guerra civil, periodismo
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ELIA
TODO UN PRIVILEGIO EL HABER PODIDO ENTREVISTARLO Y GOZAR DE SUS RESPUESTAS .
Feliz tu recuerdo y el echar mano de él .Gran personaje de la politica española .Se siente .