Hay hechos cotidianos que pueden convertirse en noticiosos. No es noticia que tus hijos vayan al colegio, pero sí que los maestros hagan huelga o que cierren la escuela porque amenaza ruina. Y saben lo de la mordida, el perro y el hombre; que sea o no noticia depende de quién abra la boca primero.
Hay hechos extraordinarios que a fuerza de repetirse se convierten en cotidianos y así las vemos. No importa que sean profundamente dolorosos.
Esto nos pasa con las pateras y las muertes en el mar, que ya parecen una sección fija en los periódicos, como la agenda cultural o la programación de la tele. Si has leído una noticia de pateras, las has leído todas.
Son aburridas, siempre lo mismo. Un número (de personas), un destino, la hora de llegada y poco más. Qué aburrimiento, siempre lo mismo. Siempre la misma desesperación, el mismo miedo en el mar, el mismo peligro, las mismas muertes, la misma indiferencia …
Otra sección fija la constituyen las víctimas de la violencia doméstica, de género o como quieran llamarla. Si no hay otro dato particularmente llamativo, lo que se resalta es el número: que ya son 20, 30 , 55 … Sólo otra más.
Las muertes de mujeres a manos de sus parejas nos emocionan en la medida en que nos identificamos con la víctima, con sus hijos, con su madre. Si, como con los inmigrantes africanos, no hay identificación posible, provocan el mismo aburrimiento y la misma indiferencia, porque sabemos que mañana habrá más. De lo uno y de lo otro.
gabrielito
A menudo me averguenzo de la sociedad civilizada en que vivimos. Mientras no seamos conscientes que el que viene en una patera es alguien cómo tú y cómo yó, pero que nació en otro sitio, donde las cosas estaban chunguillas, todos seremos culpables de este genocidio que comienza en el momento que las potencias europeas abandonan sus colonias, tras exprimir sus recursos, y les dan la libertad de caer en manos de Bokassa, Idi Amin…. etc. Me enciendo sólo con pensarlo. Sí alguien tiene alguna iniciativa…. yó me apunto.