La juez le ha dicho a Telma Ortiz que no puede impedir que la prensa rosa la fotografíe porque es un personaje público. Pobre Telma, ni se casó con un príncipe ni vive en un palacio, pero tiene que cargar con el mochuelo como si lo hubiera hecho.
No sé yo qué va a pasar ahora, si la prensa rosa, hará un poco de examen de conciencia y se dará cuenta de que esta chica debe estar pasándolo muy mal para haber llegado hasta el juzgado, o declarará reabierta la veda y la perseguirá ahora con más saña.
Mucho me temo que lo que va a pasar es lo segundo: «Ahora, te chinchas Telma».
La mayoría de los ciudadanos acudimos a la justicia cuando ya no podemos más. Después, cuando los tribunales no son suficiente, algunos piden auxilio a la prensa. A qué prensa va a acudir la pobre Telma, si lo que quiere es el anonimato.
Hay cierta prensa rosa que ha degenerado hacia el marrón, que cultiva el chisme como género mayor y trata a iletrados correveidiles como si fueran periodistas ilustres.
Y ahora usted me dirá: es que vende mucho. Pues sí.
Ruymán
En caso de que ahora empiecen a acosarla aún más (que es mucho más que probable) siempre podrá volver a demandar a quien efectivamente lo haga, esta vez por los hechos consumados y es muy posible que ahí sí que gane. Claro que el daño ya estará hecho.
Y, por cierto, me niego a llamar prensa a los que se dedican a hurgar en las intimidades de los demás, porque ¿dónde está ahí el interés público que se pide a la información? Como decía un profesor en la Facultad, no es lo mismo «interés público» que «interés del público» y el segundo no suele ser información, sino morbo o chismorreo.
Pablo
Pobre Telma y todas las Telmas
(y las Louises)
je besos.