He acabado El corazón helado, de Almudena Grandes, un tomazo de los gordos que me ha tenido enganchada durante algunas semanas. Unos libros absorben más que otros. Hay algunos que te sujetan con unas hebras tan sutiles que, a la menor distracción, te pierden. Entonces se quedan arrumbados en la pila de los libros a medio leer de la mesita de noche. Otros, como este corazón helado, te agarran bien fuerte, tanto que te quitan más tiempo del razonable y te mantienen amarrada con una maroma de petrolero hasta que se produce el agridulce momento de la despedida: quieres conocer el final de la historia, pero al mismo tiempo temes que se acabe. Cuando las páginas se agotan, te queda una sensación de vacío, de tiempo por llenar. ¿Y qué leo yo esta noche?
Ahora estoy en esa tesitura, aunque la propia Almudena Grandes da un listado de libros en el epílogo que dedica a explicar sus fuentes y a los agradecimientos. Quizás siga esa senda, que no es la de los elefantes.
La historia que cuenta Grandes es la de dos familias colocadas en bandos distintos durante la guerra civil y las consecuencias que esto tiene para sus descendientes. Leer sobre estos tiempos de dictadura me sirve para muchas cosas: para entretenerme, para saber más, para disfrutar y también para darle la importancia que tiene al hecho de votar, de tomar una decisión, colocarla en un sobre y mandarla al Parlamento Europeo. Ahí es nada.
(Imagen de este domingo de elecciones. La foto es de Fernando Ojeda)
Sin nada que leer
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Esther
Hace un par de semanas me acabé «El corazón helado» y es uno de los mejores libros que he leído últimamente. Después pasé a «Esperadme en el cielo» de mi admiradísima Maruja Torres, pero reconozco que me desilusionó bastante y hasta me aburrió.
Ahora he cambiado de registro y me estoy leyendo «Los hombres que no amaban a las mujeres» de Stieg Larsson y por ahora, me tiene totalmente enganchada. Estoy ya pensando en ir a comprarme la segunda parte de la trilogía. Si no te lo has leído todavía, te lo recomiendo 😉
Ángeles Arencibia
Gracias, me lo apunto.
Cuinpar
Está un poco feo que le haga esta recomendación, porque puede usted pensar que lo hago movida por simpatías personales hacia la autora, pero le prometo que no lo hago (sólo) por eso.
No deje de beberse «Vida tinta», de María Hernández Martí, alias «la Lupe». Si le resulta difícil de encontrar, por esas cosas incomprensibles de editoriales, distribuidores y noséqué, sílbeme, y yo voy 😉
Ángeles Arencibia
OK, «Vida tinta».