Mi trabajo consiste en buena medida en escuchar a los demás. Hay una definición del periodista que lo describe como alguien que cuenta a la gente lo que hace otra gente. Así de sencillo y también así de complicado.
Ayer por la tarde estaba pensando en la cantidad de gente que conozco sólo de conversaciones telefónicas. A lo mejor son personas con las que hablo desde hace años y con las que tengo un trato cordial que no se reduce sólo a temas profesionales. Pero son individuos a los que no he visto en persona en mi vida.
J. es un ejemplo de libro de esto que hablo. Lo conocí hace unos siete u ocho años porque llamó al periódico y me lo pasaron a mí. El hombre buscaba un periodista como último resorte, porque tenía un familiar con un problema de salud -que son los que de verdad importan-, que nadie le resolvía.
Tuve la oportunidad de echarle una mano, lo hice y desde entonces J, al que no conozco en persona, trata de hacerme un favor siempre que puede. Así que de vez en cuando recibo llamadas a horas intempestivas. Es J., que se ha enterado de tal o cual cosa. A veces se trata de información sustanciosa y alguna noticia de portada ha sido posible gracias a él.
Últimamente me ha vuelto a pedir ayuda, pero ahora para un problema bastante menos perentorio. El caso es que nuestras conversaciones continúan a lo largo de los años, pero seguimos sin conocernos personalmente y si yo perdiera su número de móvil, no tendría manera de dar con él, ya que no sé su apellido. Lo conozco sólo de oídas, pero tenemos una buena relación.
Mantengo otras amistades sólo de teléfono y algunas prefiero que no pasen de ahí. Como el locutor de radio de voz celestial que pierde su aureola al descubrir su físico rechonchete, así me pasó con una de estas relaciones de oídas.
Hablaba con él casi a diario por motivos profesionales y me había hecho una idea de cómo era su apariencia, sólo a partir de las pistas que me proporcionaban nuestras conversaciones. No dí una, tal y como comprobé el día que nos conocimos personalmente. Fue una sensación muy extraña, porque aquella voz no se correspondía con la persona que yo había imaginado, pero sin embargo sonaba igual que ella. Fue difícil hablar con aquel extraño con la misma naturalidad con la que hasta entonces -y también después- hablaba con su voz.
(Jpkwitter/ Morguefile)
Cuinpar
¿Y las amistades blogueras vienen a ser las amistades de oído de los tiempos modernos?
Ángeles Arencibia
Pues claro que sí, querida Cuinpar.
Enrique
Amistades virtuales: Últimamente, en mi afán de ampliar mi círculo de amistades, un poco “falto de cierto tipo de cariños”, “sobrao” de tiempo y de curiosidad, en búsqueda de “aire fresco”, diversidad, desarrollo personal, evasión de problemas, me ha dado por meterme en páginas de relaciones de amistad para conocer mujeres; y cual ha sido mi sorpresa que casi todas tienen unos “físicos estratosféricos”, infinidad de aficiones y no veas que gustos. Y yo que ya “estoy maduro”, bajo, calvo y sin mas afición que el sillón bool, la tele y un poco de lectura, pues que no las quiero conocer tampoco en la realidad, sólo quiero seguir admirándolas a través de sus hechos, comentarios y mensajes no vaya a ser que no pueda estar a su altura, que no cubra sus expectativas, a que vislumbrado por la realidad se me destroce mi autoestima y se me disparen mis complejos. Así que no paso de ahí…ja,ja,ja.
Las relaciones con otras personas constituyen un elemento esencial de la auto-realización y felicidad (Seligman).
maria esther ramirez guardado
podria decirse, que la realidad no encaja con lo que vemos, por que idealizamos a alguien cuando lo escuchamos, y por que si vemos a alguien lo idealizamos, es algo muy dificil, no lo creees, tal vez todos deberiamos de ser ciegos, y escuchar a las personas nada mas y no ver su fisico, por que aun que su persona a simple viste diga que es un ser encantador, no lo conoces hasta que comes con el digo, o duermes, o vivies, o no se, por que no simplemente, vemos todo como es, si te gusta hablar con alguien imaginarlo de la forma mas atroz, y poder llevarnos una sorpresa, seria lo mejor…………
antonieta patateta
ESAS SON AMISTADES DE OIDAS