La última fiebre que nos ha dado se llama Pokemon Go y al parecer produce una adicción repentina e irrefrenable.

Desde hace unos días miles de personas en todo el planeta caminan por las calles mirando a su móvil y no si el semáforo está en rojo o si hay una farola o un socavón en el camino, intentado – madre mía- atrapar un dibujo animado que flota en su pantalla.
Atrapar es un decir, porque todo es falso, todo es virtual, una especie de mundo paralelo que al parecer produce algún tipo de placer. Ayer me tropecé con tres en mi propia ciudad, y después escuche a otros explicar su experiencia en el telediario.
El éxito del juego es inquietante: 21 millones de de personas en diez días. Sugiere un tortuoso argumento para una obra de ciencia ficción.
UNo
Es sorprendente. Leo que Nintendo ha doblado su valor en bolsa en 13 días, que sus acciones han subido un 120% desde el lanzamiento de Pokemo Go y que en dos días han ganado 7.500 millones…………..Parece que hay gente que ha entrado en cuarteles de la Guardia Civil a buscarlos…..¡increible!
Saludos
Ángeles Arencibia
Es flipante. Imagina qué otras cosas pueden hacer.
Esther Arencibia
En nuestro siglo (y espero que por poco tiempo, porque espero que la fiebre dure bien poco) se podrán leer epitafios en los cementerios que dirán «le mató un pokemon». Siglos después se preguntarán ¿pero qué era eso del pokemon? y alguien hasta escribirá una tesis sobre «momentos de estupidez suprema»