Estoy tan flonfli que no sé si sería mejor callar y dejar para otro día esta manía mía del Virtualario. Al fin y al cabo, nunca he sido una bloguera disciplinada.
Miento. Al principio lo fui. En abril de 2008 estrené este diario virtual y quedé fascinada.
Pese a que ya llevaba muchos años escribiendo en periódicos y sabía lo que era «escribir pa’ la calle» -parafraseando a un buen amigo que dice que cose pa’ la calle, cuando habla en broma de su trabajo-, me entusiasmó la posibilidad de que alguien me contestara. Que es como decir que a alguien le ha importando lo que escribes. Así que abría constantemente la puerta privada que me permite ver los comentarios sin publicar, -el backstage del blog, las bambalinas-, para ver si había algo nuevo. Después me di cuenta de que no soy una mujer muy comentada y me resigné.
Cuando escribes en un periódico convencional es difícil saber cuánta gente te ha leído. En uno digital al menos dispones de un contador de las veces que alguien ha abierto tu noticia, aunque no puedas saber a ciencia cierta si la habrá leído y mucho menos si te habrá entendido.
Decía que estaba flonfli por cuestiones que no vienen al caso, aunque esta mañana recibí un cariño de una de mis queridas compañeras de pilates. que me dijo que le había gustado mucho lo de la mantita rosa -la entrada anterior-, como día atrás hizo Ana, mientras me hacía la pedicura.
Mi amiga de pilates que, por cierto, también se llama Ana, me lo dijo así, en analógico, en carne y hueso, en un tú a tú y no en formato virtual. Y me sentó tan bien.
Virtual pero muy analógica
Publicado en: en primera persona
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Cuinpar
Yo es que en Analógico no te veo, que si no, también te lo diría. Y te daría abrazos analógicos y todo, bien lo sabes.
Juan
Si hace falta tomas café, manzanilla o tila con tus amigos del Basket, pero ni de coña dejes de escribir, faltaría más. Prohibido el flonfli y si el jajaja.Saludos
Ángeles Arencibia
De acuerdo Juan. Lo que haga falta. Este año, ganamos.
Gustavo
Así es, Ángeles. La sociedad pretende que seamos cada vez más virtuales y menos analógicos
En mi opinión lo que en teoría es virtual no tiene que ser tal si tú lo vives como algo tuyo. Que no haya contacto directo no implica que no haya corazón. Años atrás tenía una gran lista de «penfriends» con quienes uno se carteaba, o quizás en verano tu novia se iba de vacaciones y te mandaba una simple postal,…. Todos eran tesoros y no eran algo frío.
Si quieres a alguien, o si sientes a alguien, no lo sientes como algo virtual aunque por circunstancias no haya contacto directo. El problema es cuando tu vida y tu forma de contacto solo se limita al ámbito virtual.
A mí personalmente, Ángeles, me haces recordar al mundo de la radio, que tiene una magia especial, que uno siente en cada mensaje que escribes llegando a percibir tu estado de ánimo.
Lo que es tu blog, ya lo has definido a la perfección: Cabeza, corazón y teclas.
Ángeles Arencibia
Muchas gracias Gustavo. Me gusta tu comparación con la radio.
Ángeles Arencibia
Gracias Cuinpar. Tu eres muy analógica, aunque seas virtual.
elena
Aunque hasta hoy nunca pongo ningún comentario, siempre te leo, porque tienes una forma de escribir que me encanta: el de los amigos como la lata de sardina, los libros en la basura, el día de los dos «queques», el trozo de pan en el salpicadero y la manta rosa. Sé más de tí en un año que en todo el tiempo que coincidimos en la etapa escolar. Sigue escribiendo, porque lo busco todos los días y me alegra cuando veo que hay un texto nuevo. Besos.
Diego Talavera
Angeles: Estos comentarios que haces en tu Virtualario, como el de la manta rosa, son pequeñas joyitas literarias que me recuerdan a los cuentos cortos de Max Aub, sobre todo a los que están recogidos en el libro «Escribir lo que imagino». No dejes de hacerlos, aunque no recibas comentarios en tu blog. Siempre habrá alguien que los lea y se sienta feliz por un instante. Me pasó con tu comentario sobre la manta rosa y entonces (quizás por mi timidez enfermiza) no fui capaz de escribirte. Lo hago hoy. ¡Enhorabuena!.
Ángeles Arencibia
Creo que he crecido con tu comentario. Muchas gracias Elena.
Ángeles Arencibia
Querido Diego, qué bueno eres. Muchas gracias.